Que rica sabe la lechuga cuando está crujiente, verdad? Un truco infalible es ponerla a remojo con agua fría y medio limón exprimido. Transcurrida una media hora, escúrrela bien bajo el agua poco antes de comerla y comprobarás el buen aspecto que tiene.
Cuando aliñes la ensalada, si se te ha ido la mano con el vinagre, no desesperes, pon un poco de miga de pan entre los ingredientes para que absorba el vinagre sobrante. Luego sólo tienes que echar un poquito más de aceite y ya la podrás degustar.
Si quieres mantener todas sus propiedades, y conservarla fresca, guarda en la nevera la parte que no hayas utilizado envuelta en una servilleta de tela ligeramente humedecida. Así te aguantara estupenda muchos más días.
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